El renacimiento de los Beat’em up
mayo 27, 2021A lo largo de la historia, hemos visto nacer y morir varios géneros de videojuegos y también el resurgir de temáticas que pensábamos, jamás volveríamos a ver, esto gracias a la expansión de la industria a no solo limitarse a desarrolladores de empresas gigantes y de gran poder financiero, ahora, gracias a las herramientas de desarrollo accesibles a todos, los que tengan un computador medianamente potente, pueden incursionar en la creación de videojuegos y lanzarlos al mercado, con sus respectivas negociaciones, a cualquiera de las plataformas existentes.
Si bien estos programadores que conocemos como Indies, o independientes, ya sea una persona o un grupo, gracias a sus ideas creativas y novedosas, muchos han logrado revolucionar algunos géneros y adaptarlos a tiempos modernos, como es el caso del genero “yo contra el barrio” el cual es el tema de esta sección.
El regreso al espíritu de los arcades
Los Beat’em up fueron uno de los géneros más explotados y alabados en los 80 y 90, dentro de los antiguos salones de maquinitas de fichas, y es que la calidad de estos juegos se mantiene con los años y aun algunos se consideran obras maestras como el caso del juego de Los Simpsons o Cadillacs y Dinosaurios.
Los conocidos Beat’em up son videojuegos donde controlábamos a uno o varios personajes que deberán avanzar por varios escenarios derrotando a puño limpio o con armas a varios enemigos que van apareciendo gradualmente para detener tu paso, estos juegos generalmente son compatibles con 2 o más jugadores simultáneos quienes deben cooperar para avanzar y derrotar hasta el último de los enemigos para alcanzar los gloriosos créditos del juego.
En ese entonces, 2 compañías se peleaban por el título de la mejor compañía en desarrollar este tipo de juegos, estas eran ni más ni menos que Capcom y Konami, 2 titanes legendarios, era casi imposible ir a un salón de máquinas que no tuviese algún arcade de ambas compañías.
Entre los más famosos e icónicos de esa época tenemos Final Fight, Double Dragon, Captain Commando, Alien vs Predator, The Simpsons y Las Tortugas Ninja, varios de estos títulos trasladados con versiones algunas más decentes que otras, en las consolas de ese momento lideradas por el Super Nintendo y el Sega Genesis, en el caso de Sega, se desarrolló una saga de beat’em up que, a pesar de no haber nacido en los arcades, forma parte muy relevante en este género, me refiero a la saga de Streets of Rage con 3 entregas llenas de acción, todas para el Sega Genesis.
Con la entrada de los 2000, ya terminando su ciclo el Playstation y el Nintendo 64, con el comienzo de la extinción de los salones de arcade, el género también fue muriendo poco a poco, se recuerdan de esa época juegos como los Nightmare Creatures y más puristas los Fighting Force, ambos para las 3 consolas de ese momento y desarrollados completamente en entornos poligonales, luego, si se podría tomar como evolución, los títulos de Slash’em up, se convirtieron en los sustitutos de los juegos de “pégale al que se te atraviese”, así nacieron para la siguiente generación de consolas juegos como Onimusha, Devil May Cry y Bayonetta, juegos muy bien aceptado en los tiempos que corrieron, solo que perdieron algo que parecía irrecuperable, el cooperativo.
Si bien ya estaban casi extintos los juegos de Beat para las siguientes décadas, gracias a estudios independientes y con ayuda de las grandes, fue que comenzamos a ver nuevamente algunos juegos semejantes a los beat’em up de antaño y con el anhelado cooperativo, esta vez, no solo entre amigos reunidos en la misma habitación, gracias a las nuevas tecnologías que ofrecían las consolas del 2005 en adelante, también se podía jugar a distancia online.
Todo esto se hizo posible gracias a las plataformas de tiendas online que tenían las consolas Xbox, Playstation 3 y Nintendo Wii, donde se lanzaron juegos de todo tipo y de producciones modestas que les permitía a los creadores ahorrarse la parte de fabricación y producción de discos o cartuchos, pudiendo así ofrecer sus obras de venta en tiendas en línea sin necesidad de arriesgarse a los costos que implicaba el formato físico.
Y así llegaron grandes títulos como Castle Crashers, desarrollado por The Behemoth, un juego medieval de estilo simple y minimalista, pero con gran sentido del humor y diversión, siendo lanzado en el 2007 y trascendiendo a las consolas de actual generación.
Otro de los grandes títulos de este resurgimiento fue Scott Pilgrim, basado en la serie de comics homónimo donde podemos disfrutar de esta aventura con gráficos estilo retro, con un pixel art artísticamente hermoso y sin limitaciones técnicas que en la época de los 16 bits hubiese sido problemático.
Para el 2016 vimos llegar el videojuego The TakeOver, totalmente inspirado en títulos como final Fight y Street of Rage, desarrollado por Antonios Pelekanos, este juego nos trae la nostalgia a mil gracias a su estilo de animaciones, pero con caracteres más realistas. La banda sonora fue compuesta por varios artistas de renombre entre los cuales se encuentra Yuzo Koshiro, creador de la música de Streets of Rage.
Otros juegos destacables como Phantom Breaker, juego totalmente 2D y pixel art más enfocado al estilo anime con personajes femeninos estilo chibi lleno de acción, explosiones y humor japonés, Mother Russia Bleeds, otro título con un estilo extraño y grotesco, muy sangriento destaca por su presentación artística muy diferente para este género.
Claro, no todo ha sido gloria, nos encontramos con algunas decepciones que no trajeron nada bueno al resurgir, como es el caso de Double Dragon 4 el cual no solo llego sin nada que agregar a la saga, todo lo contrario, la empeoro, con gráficos reciclados de la versión de NES y con un gameplay bastante deplorable.
Entre otros títulos representativos de manera positiva tenemos los Kunio Kun, unos personajes creados por Technos en los 80 y que han tenido participación de juegos de diferentes géneros, sobre todo deportivos y de peleas callejeras, son los protagonistas de la saga River City que también ha tenido lanzamientos nuevos desde el Nintendo 3DS hasta los tiempos actuales, a la hora de escribir este artículo, estaba recién lanzado el Kunio Kun World Classic Collection que reúne 30 juegos de estos simpáticos luchadores.
Cabe destacar el juego basado en el universo River City pero esta vez protagonizado por chicas, las River City Girls, un juego lanzado en el 2019 siguiendo los mismos elementos de gamplay de los Kunio Kun, con un apartado grafico pixel art bastante nostálgico.
En el 2020 un grupo de programadores llamado DOTEMU les fue concedida la licencia de la mítica saga de Sega, nada más y nada menos que de Street of Rage, lanzando la 4ta parte de la franquicia más de 20 años después, convirtiéndose casi instantáneamente en uno de los mejores jugos beat del momento gracias a su apartado visual todo dibujado a mano con increíbles animaciones en alta definición, esto sumado a el sistema de combate simple pero divertido, buenos impactos en los golpes, ataque especiales espectaculares, un buen número de personajes con estilos de pelea únicos y unos jefes finales dignos de cada nivel.
En 2021, Dotemu se hizo con la licencia de las Tortugas Ninja, a principios de ese año dieron a conocer el desarrollo de un nuevo beat’em up con los reptiles luchadores y al parecer la nostalgia viene por partida doble, tanto por ver de nuevo a los icónicos personajes de finales de los 80 cobrar vida nuevamente como por ver un nuevo juego lleno de acción y batallas interminables como los buenos juegos de antaño que Konami hacia tan bien, al parecer todo indica que el juego va por buen camino y que será un excelente tributo al género y un regalo y sueño hecho realidad para los fans.
Para mi es una muy buena iniciativa de parte de los estudios independientes que a pesar de que se esté reviviendo un género ya explotado en el pasado, mientras más calidad y más opciones de diversión cooperativa nos traigan, mejor para nosotros los jugadores que disfrutamos en la era dorada del género y para que las nuevas generaciones vivan las glorias pasadas con videojuegos modernos, pero con todo el espíritu de antaño.